Culminada la guerra, Ford empezó una profunda reestructuración hacia los nuevos tiempos, pero la
premura del cambio lo obligó a empezar con la reestilización de algunos modelos antiguos. Uno de
los más importantes es este auto, que en 1949 salió al mercado causando revuelo por sus
novedosas líneas aerodinámicas (aunque sólo tenía una tímida cola en la parte trasera), la cual
sería base para los modelos de los siguientes veinte años.
Desde 1951, el Ford Custom contaba con una suspensión delantera sustentada por resortes,
poniéndose al día con sus competidores. Por dentro, contaba con un motor V8 de 4 litros, con una
potencia máxima de 100 HP.