La sociedad Auburn-Cord-Duesenberg, que brindó máquinas maravillosas durante la segunda y
tercera década del siglo XX, estaba a punto de desaparecer por problemas financieros. En un
intento desesperado el conglomerado norteamericano diseño un auto que atrajera a todos, el
que pueda ser su salvación. Y aunque lamentablemente no lo fue (la marca quebró antes de
estallar la Segunda Guerra Mundial), el Cord 810, lanzado al mercado en 1937, fue simplemente
una obra de arte.
Fue un modelo revolucionario, mucho se dice que éste fue el modelo que significó el cambio de
diseño de los autos antiguos al de los modernos, y es que por su figura, es totalmente
justificable. En comparación con sus antecesores, los faros salían de los guardafangos
delanteros, mientras que los enormes radiadores en la parte frontal ya no existían. Un
parachoques original, y su figura en general, simplemente hicieron que este coche rozara la
perfección.