LOS INICIOS DE FORD

En 1927, Ford ocupa la atención del mercado al anunciar la venta del T número 15 millones, y el lanzamiento del Ford A, el sucesor del famoso pero casi obsoleto modelo T. Las ventas del nuevo auto fue buena, pero a causa de la crisis de 1929 y la siguiente recesión, junto con la creciente competencia, hizo que en 1931 la producción cayera hasta la tercera parte. La única solución que encotró Ford fue la de modificar completamente el modelo A, al aumentar la potencia de su motor al crear un V8 accesible para todo público.

En marzo de 1932, luego de innumerables problemas en su construción y postergaciones en su lanzamiento, se presenta el nuevo Ford A V8, pero sin dejar de lado al tradicional motor de 4 cilindros. Los precios del nuevo modelo oscilaban entre los 460 y 650 dólares. Pero la recesión norteamericana frenó todo tipo de expansión: la producción del año fue la más baja desde 1914.

Año tras año se fue modificando el Ford A. Algunas versiones, como la de 1934, pasaron a la historia al ser los preferidos de los gángsters. Para 1936, ya se habían construido más de 3 millones de unidades del Ford V8, en sus versiones sedán, coupé y convertible. Para 1940, ya se vendía el Ford V8 número 7 millones. La producción siguió hasta 1942, donde se modifican totalmente las fábricas para convertirlas en constructoras de material bélico a raiz de la participación de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial.

Luego de servir al gobierno norteamericano, Ford se vio ante una costosa readaptación de su fábrica hacia un público demandante de modelos nuevos. De esta manera, Henry Ford vio a su marca resurgir hasta el dia de su muerte, el 7 de abril de 1947. La historia moderna da como conclusión a una empresa supermoderna y avanzada, siempre atenta a la demanda a precios normalmente accecibles al público promedio, pero no dejando de lado su faceta deportiva, al tener presencia en casi todas las competencias importantes de autos a nivel mundial.

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