ÉRASE UNA VEZ EL AUTOMÓVIL



Karl Benz
En 1886, Karl Benz construye un triciclo impulsado por un motor de explosión. En 1889, Daimler y August Otto construyeron un motor de combustión interna de 4 tiempos. Ese mismo año, Daimler brindó al mundo un motor de 2 cilindros en V. En octubre de 1891, se presentó el primer Panhard-Levassor, con un motor Daimler de 2 cilindros y tres velocidades con reversa. Empezaron las primeras construcciones colectivas, pero artesanales de vehículos. Los modelos en serie no existían, y eran los mismos inventores los que reparaban los daños de sus creaciones. De esta manera, durante los últimos años del siglo XIX el inventor se convirtió también en constructor y mecánico (!).

En Estados Unidos, Henry Ford inicia la zaga de esta prestigiosa marca a partir de 1893 cuando construye su primer coche en Detroit. En el mismo año, Karl Benz produce algunas unidades del "velo" Benz. En 1898, en Billancourt se inicia la historia de otro grande: Renault. En el mismo año, Adam Opel desecha su fábrica de máquinas de coser y la convierte en fábrica de automóviles. El mundo del automóvil vino para quedarse. Gottilieb Daimler deja de hacer autos artesanales e instala en Cannstatt su propia fábrica: la Daimler Motorengesellschaft. En 1899, Italia ingresa al mundo motor al crearse la Fábrica Italiana Automobili Torino (FIAT), a cargo de Giovanni Agnelli.



Ford T
En 1903, Ford crea su propia fábrica lanzando cinco años después el legendario Ford T, siendo el pionero de la fabricación de coches en serie, que representó la popularización del automóvil al reducirse sensiblemente los costos. Aún así, la producción francesa era superior en número durante los primeros años del siglo XX. Con el ingreso de General Motors al mercado, que logró absorver varias fábricas pequeñas, los Estados Unidos tomaría la cabeza de la producción para no dejarla hasta nuestros días. Las dos grandes marcas norteamericanas se instalan en Europa y para esa época la hegemonía en cuanto a producción eran claras: Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Alemania e Italia.

A pesar de que Alemania nunca fue el primer productor de automóviles, sacó a la luz el considerado auto del siglo: el Volkswagen Escarabajo (1938), fabricado por Ferdinand Porsche (quien luego haría su fábrica propia) y ordenado nada menos que por Adolfo Hitler. En la Segunda Guerra Mundial, la producción se detiene; casi todos fabricarían material bélico durante esos años. Concluida la guerra, Ford y General Motors aprovecharon el panorama ampliamente favorable en absorver algunos pequeños fabricantes. Los años de la post-guerra se caracterizaron por las desapariciones de legendarias marcas, fusiones y reagrupamientos estratégicos.

Muchas de estas fusiones y absorsiones continuan hasta el dia de hoy. Pero en los últimos tiempos el mercado oriental tomó tanta importancia, que en algunos momentos hizo tambalear el norteamericano. Esta historia continuará, mientras exista el automóvil y alguien que necesite de él.

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