Henry Ford nació el 30 de julio de 1863 en una granja cerca de Dearborn, Michigan. De joven
cursó estudios en escuelas públicas, y a los 16 años se hizo aprendiz de mecánico en Detroit.
Entre 1888 y 1899 fue mecánico, y más tarde jefe de mecánicos de la Edison Illuminating Company.
En 1893, logró construir su primer coche, y en el año 1903 funda la Ford Motor Company, el
imperio que es el día de hoy. Introdujo en su empresa la técnica de la fabricación de coches en
cadena, empezando a utilizar piezas estandarizadas intercambiables, redujendo sensiblemente los
precios de los coches hasta a unos irrisorios 290 dólares (1924). Para no mermar la
productividad y estabilidad de sus trabajarores, duplicó sus salarios y de esta manera ser un
obrero de Ford se convirtió en un privilegio. Resultado: las ganancias se duplicaron entre 1914
y 1916, en plena Primera Guerra Mundial.
En 1908 Ford Motor Company lanza al mercado el famoso modelo T. En 1913, al comenzar la
producción en serie, ya era el auto ideal. Lo curioso del auto era que el modelo sólo era de un
color negro especial de alta duración y bajo precio que abarató los costos. En 1918, Ford fue
nominado para presentarse a senador por el estado de Michigan pero no logró ganar la elección.
Al año siguiente creó el hospital Henry Ford en Detroit.
En 1919 se hizo editor del Dearborn Independent, un semanario que publicaba material antisemita.
Ford prohibió la publicación de este tipo de artículos y dispuso que se redactara una disculpa
pública a la comunidad judía. Hacia 1927, último año de la fabricación del Ford T, se habían
construido más de 15 millones de unidades de este modelo.
Pero su punto débil era su ineptitud al no crear modelos nuevos cada año, y sobretodo sus poco
amigables relaciones con sus trabajadores. En abril de 1941, fue obligado por los juzgados
federales estadounidenses a firmar contratos tipo con cada uno de sus trabajadores. Luego
colaboró con el ejército en la fabricación de aviones durante la Segunda Guerra Mundial.
Su edad avanzada lo obligó a abandonar la dirección de sus empresas en 1945. Murió el 7 de abril
de 1947 en Dearborn, dejando una fortuna personal estimada entre 500 y 700 millones de dólares,
y legando parte de sus acciones en la Ford Motor Company a la Fundación Ford, una organización
sin fines de lucro.
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