Considerado el mejor auto hecho por la firma Triumph, en una época en que los pequeños
deportivos ingleses alcanzaron su máximo esplendor. Desde su lanzamiento en 1962 causó
sensación, logrando que la demanda de Spitfires supere ampliamente la oferta disponible.
Tuvo una buena participación en rallys, ganando varias veces en su categoría. En el caso del
MkIII, tiene un motor de cuatro cilindros en línea de 1.3 litros y 75 HP de potencia, que con su
poco peso, le permitía alcanzar los 160 km/h, y una aceleración de 0 a 100 km/h en 12.5".